lunes, 5 de mayo de 2008

Una mente brillante

Voy en automóvil al trabajo todos los días. Primero dejo a los chicos en el colegio y luego voy a mi oficina, siendo lo suficientemente temprano como para evitar el tráfico pico. Pero incluso con los "pocos" autos que hay a esa hora, algunos conductores me sacan de quicio.

Hace un par de días, hice dos cuadras desde mi casa y un conductor me pasó por la izquierda, pasando por el otro lado de la doble línea amarilla. Pensé 'debe estar apurado', así que está "casi" bien. Pero otras dos cuadras más adelante, allí estaba, se detuvo en el medio de la calle, intentando doblar a la izquierda en la avenida, sin poner la luz de giro, lo que me obligó a frenar de repente y, por supuesto, esperar a que hiciera su maniobra. Eso me hizo perder una luz verde de un semáforo a media cuadra, el cual está sincronizado con un paso a nivel con barreras, que retrasa el verde de ese semáforo si justo se abre la barrera y se libera el tráfico. Como conclusión, estuve casi cinco minutos de reloj (no percibidos, sino reales) detenido en ese semáforo, con todo lo que implica despues, todo porque ese conductor decidió violar la doble línea amarilla de la calle.

¿Ha visto la película "Una mente brillante"? Debería darle un vistazo. No es una película fácil, pero tiene algunas enseñanzas muy profundas.

En la película, hay una escena donde el protagonista, que encarna al matemático Nash, se da cuenta de una situación que aplica directamente a lo que comencé planteando. Estaba en el bar con un grupo de amigos hombres, y él se da cuenta, al ingresar un grupo de mujeres, que si ninguno de los hombres intenta quedarse con el "gran premio" (la rubia), todo el grupo quedará en una mejor posición final al poder obtener todos una chica "segundo premio"; pero si alguno intenta ir por la rubiar, se genera una situación de competencia entre los hombres y de rechazo por parte de las otras chicas hacia los hombres que intentaron primero por la rubia. O sea, el grupo se desmembra, algunos se quedan sinnada, y acaba "peor".

En un ejemplo más simple, suponga que tiene la posibilidad de elegir entre un regalo que le harán que vale $1000 y otro que vale unos $400. No hay ninguna duda de que elegirá el de $1000, ¿verdad? Pero, ¿qué pasaría si esto ocurre en un ambiente donde no está solo? Ahora es un miembro (relación de pertenencia) de un grupo de cuatro personas. A todas se les da la misma posibilidad de elegir, pero la regla es que si alguno de los cuatro elige el de $1000, se le da ese regalo al primero que lo haya elegido y al resto nada, pero si todos eligen el de $400, todos reciben el suyo. Esto es: si uno (o más) elige el de $1000, todo el grupo termina con el equivalente en dinero a $1000; si todos eligen el de $400, el grupo termina con $1.600, significativamente mejor.

El conductor de la otra mañana eligió estar mejor que cualquier otro, probablemente ganando unos 30 segundos de tiempo, pero "los demás" (incluyéndome a mí), perdimos quizás diez veces más que lo que él ganó. Es altamente probable que ese conductor no me conozca, por lo que no me tiene en cuenta dentro del "grupo de pertenencia", lo que significa que mi pérdida no tiene sentido para él, pero ambos somos parte de una sociedad y estos pequeños actos de la vida cotidiana son los que diferencian una sociedad que crece de las otras: el respeto por los demás es más que un acto civilizado; es económicamente positivo para la sociedad en su conjunto. Y las implicaciones dentro de una empresa pueden ser de un impacto mayor y más directo que mis ejemplos. Sólo intente pensar en las llegadas tarde a las reuniones, para empezar.


Espero nos encontremos pronto.

Saludos,
Diego :D

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