miércoles, 2 de julio de 2008

Compromisos

Estaba yendo a la casa de mis padres el fin de semana. Usualmente tomo la autopista, más por el hecho de que es más seguro que por ser la forma más rápida de llegar allí. A medio camino, el tráfico comenzó a reducir la velocidad y lo que suele ser un viaje de media hora se triplicó en tiempo. El embotellamiento no había finalizado cuando salí de la autopista, y en ningún momento hubo ni señalización ni vías alternativas indicadas por el contratista de la misma, pero tuve que pagar el peaje de cualquier manera. El operador no cumplió con sus obligaciones, ni tampoco con su promesa de "peaje gratis si se demora más de x minutos". Por supuesto, el resto de mi familia no pudo esperarme a que llegue al almuerzo y terminé comiendo solo el asado "bien bien cocido"... No estaba fuera de mí, pero sí bastante enojado.

Todos nos apoyamos en asunciones todo el tiempo. Están basadas en compromisos tácitos y explícitos de otra gente, con la que interactuamos todo el tiempo. Sería muy inefectivo si no lo hiciéramos de esa manera. Tan solo imagine llamando a la empresa de colectivos antes de salir de casa cada día, para saber si el servicio está funcionando o si cambió de recorrido; o probar el voltaje en la pared cada vez antes de conectar cualquier artefacto eléctrico.

Lamentablemente, no todos los compromisos son hechos con el mismo nivel de responsabilidad, o incluso pensamiento previo. Algunas personas trabajan duramente para cumplir con lo que prometen, algunas otras ni siquiera piensan en lo que están comprometiendo y hacen las promesas sin tener en cuenta si tienen o pueden cumplirlas.

Algunas promesas pueden ser categorizadas como las famosas "mentiras blancas": nadie planea cumplirlas, pero son, al menos aparentemente, inofensivas. ¿A quién no le han dicho "Si no te comés todo voy a llamar al Hombre de la Bolsa? Otras son lisa y llanamente mentiras. Punto.

En nuestro ámbito laboral, yo asumo que la gente que trabaja conmigo realiza sus tareas con un nivel profesional. Superviso algunos proyectos si tienen algún impacto en otras áreas, y lidero una parte de los mismos si pueden tener un impacto grande en áreas cruzadas de la empresa o en una número de clientes. El orden de atención, como habrán notado, está basado en el impacto sobre otros, y esto es así porque esos "otros", sean empleados de la misma empresa o sean clientes, usan mis compromisos para hacer promesas a terceras partes, por lo que el impacto de una falla en el cumplimiento puede multiplicarse por muchas veces. Es como en la película Cadena de favores, pero al revés.

Sin entrar en compromisos muy importantes, usualmente actuamos y organizamos nuestra vida, y me refiero a la vida laboral, alrededor de promesas de colaboradores, compañeros, proveedores y clientes. Llegar a tiempo a una reunión, enviar el email con la información que prometimos en tiempo y forma, o darle a nuestra gente el día libre que le prometimos cuando les pedimos que trabajen hasta muy tarde el "día de cierre de presupuesto", son sólo ejemplos simples de lo que puede ser una promesa cumplida. Algunas de esas acciones de cumplimiento dispararán nuevas acciones, algunas construirán confianza en nuestra palabra y honorabilidad de nuestras promesas y, seguramente, nos darán la oportunidad de tomar compromisos bien fundamentados.

Estoy tentado a prometer que los veré pronto, pero es imposible honrar esa promesa.

Saludos,
Diego :D

No hay comentarios: