viernes, 13 de junio de 2008

La amenaza fantasma

Hoy arreglé con mi esposa que retiraba yo a los chicos del colegio, así que allí estaba, intentando estacionar en las hipercongestionadas cuadras alrededor de la escuela. Ví un lugar aparentemente vacío a unos 50 metros adelante y me lancé hacia él, sólo para llegar y darme cuenta de que era el frente de una obra en construcción. El espacio estaba "reservado" para los camiones que entregarían materiales el día siguiente por medio de un artilugio casi legal: la acumulación de piedras y fierros en el borde de la acera. Cualquiera que estacione en ese sitio terminaría con la pintura rayada por esos desechos. Me hicieron enojar, mucho.

Es un tipo de amenaza, tácita pero amenaza al fin. ¿Otro ejemplo diario? En muchas zonas de la ciudad se puede estacionar gratuitamente. Durante algunos eventos especiales (conciertos, torneos deportivos, actos populares), algunas personas "ayudan" a los conductores a estacionar, dado lo escaso de sitios. Además, ofrecen "cuidar" el automóvil. No tienen ningún tipo de identificación ni permiso del gobierno para hacerlo, así que depende de uno el darles o no dinero. Por supuesto, uno tiene la casi certeza de que no darle algo resulta en que nuetsro auto puede resultar ser el único de la cuadra que termine con el parabrisas roto, el equipo de música robado y hasta algún regalo extra en el asiento delantero.

Hay algunas amenazas tácitas en la vida privada, como en el ejemplo anterior, pero más interesantes para analizar lo son las que suceden en la vida laboral. Le damos una propina al mozo que nos trae café todos los días, sólo para estar seguros de que el próximo que nos traiga sea tan sólo café, o nos reímos de una broma grosera de un jefe sobre otra persona (usualmente no presente), tan sólo para ser vistos como "parte del equipo". En casi todos los casos hay algo común: el riesgo a perder algo; puede ser el auto, la posición, la salud o los secretos de la vida privada, pero siempre aparece el miedo a perder algo.

Hay una mirada más oscura al tema, y es el hecho de que hay gente que tiene en cuenta nuestros miedos. Es un grupo de personas para quienes el amedrentamiento o las amenazas son parte de su día, casi una forma de vivir. Algunos son fáciles de neutralizar, pero otros no lo son tanto. Estos últimos suelen ser personas que tienen algún tipo de reaseguro, algo o alguien que los protege, alguien con poder, o que han desarrollado esa habilidad más allá del uso ocasional.

Los miedos hacen que las personas hagan cosas que lindan con lo irracional. Michael Jensen, que desarrolló la teoría del REMM como descriptor del comportamiento humano (especialmente en las organizaciones), describe a esos comportamientos irracionales dentro de su modelo de "evitar el dolor" (Pain avoidance), según el cual la gente intenta reducir el dolor del corto plazo, sin tener en cuenta el futuro. Uno paga "protección" por su automóvil en ese momento, pero eso sólo genera un lazo de realimentación que termina atrayendo a más gente a este "negocio" de ayudar a estacionar, y cuánto más dinero genera, atrae a gente más "dura".

El ejemplo aplica a la vida laboral, por supuesto. Si un Gerente le pide a un empleado determinado tipo de "trabajo muy urgente" en una fecha muy cerca de la revisión anual de objetivos, es altamente probable que ese empleado aceptará ese encargo, incluso cando sabe con certeza que es casi imposible terminar en el tiempo que le dió su jefe. O el miedo a señalar una mala acción de un compañero de trabajo, sólo porque luego puede ser tildado de "no trabajar en equipo" por el resto de sus compañeros.

¿Son verdaderas amenazas? No hay chantaje, ni tampoco amenazas escritas ni verbales; es tan sólo el sentir de la "víctima" de que puede haber consecuencias. Incluso es muy difícil hacer una acusación formal, no por las posibles represalias, sino por la falta de una prueba escrita.

Como mencioné antes, algunas personas usan este comportamiento en su propio beneficio. Se han especializado en el arte de la amenaza sicológica; se me viene a la mente uno de los protagonistas de la serie Lost, por poner un caso extremo. Este tipo de amenazas es una contravención en la calle (los "ayuda al estacionamiento"), mientras que en el trabajo se lo llama mobbing (término que proviene del anglicismo mob, mafia). Como gerentes, somos responsables de nuestros empleados, por lo que es nuestro trabajo detectar y detener cualquier tipo de mobbing que detectemos.

Volviendo al tema, hay una delgada línea entre "estresar" para que rinda al máximo posible al equipo y amenazarlo. El poder de las palabras es enorme. Respetemos nuestros valores y los de nuestros equipos no haciendo a los demás lo que consideramos malo o injusto si es hecho a nosotros mismos. Al final del día, todos queremos irnos a casa contentos y volver de la misma manera mañana, y no hacerlo por el miedo a perder algo importante para nosotros.

Nos vemos. Saludos,

Diego :D

No hay comentarios: