martes, 2 de septiembre de 2008

Demasiado grande

Ya habiendo dejado a los chicos en el colegio, iba manejando hacia la oficina. Quería evitar el tráfico más pesado, por lo que elegí una calle secundaria. El tráfico se detuvo por completo, y esta vez la razón era un accidente unos cincuenta metros más adelante. Luego de algunos minutos y dándome cuenta de que esto no se resolvería fácilmente, comencé a hacer señas a los conductores detrás mío para que empiecen a retroceder. No parecía una tarea difícil: sólo había tres autos hasta la esquina anterior. Sin embargo, ví por el espejo retrovisor que un conductor estaba teniendo serios problemas para conducir su camioneta 4x4 marcha atrás y al mismo tiempo ir doblando y esquivando a los otros autos estacionados. Luego de unos minutos, me las arreglé para esquivarlo y escaparme, mientras él seguía intentando maniobrar. Casi me hizo enojar.

Habiendo dejando el problema atrás, me dí cuenta de lo linda que era esa camioneta. Y grande; sin dudas grande. Me descubro de tanto en tanto fantaseando sobre lo lindo que sería conducir un auto más grande y más alto que el mío, con una mejor vista del tráfico hacia adelante y sin tener que preocuparme por otros automovilistas cruzándome sus coches. Pero nunca pensé sobre este problema: ¿podría manejar este monstruo? Y me refiero a realmente dominarlo.

Parece ser un problema extendido: se ven los beneficios sin tener en cuenta las responsabilidades, o simplemente las habilidades, necesarias para ejecutar la tarea. Es muy probable que el conductor de la anécdota haya manejado su camioneta por semanas y que, si no hubiera existido este evento, lo siguiera haciendo por otras muchas semanas más, sin tener ningún problema. Claro, siempre que le tocase manejar en línea recta y hacia adelante, y estacionar en su "gigante" sitio privado.

En el trabajo, mucha gente trata todo el tiempo de obtener más responsabilidades, ascender, viendo que hacen muy bien su trabajo actual. Y probablemente consigan esos ascensos y hasta lo pueden hacer muy bien una vez promovidos. Por supuesto, y sin intentar generalizar, en tanto y en cuanto tengan que conducir hacia adelante. La gente realmente idónea para un puesto superior se ve cuando aparecen los problemas, cosa que puede ocurrir en cualquier momento, o nunca. O sea que hasta existe la posibilidad de que una persona sea ascendida más de una vez antes de ese momento de verdad.

Lamentablemente, es muy difícil hacer un pre-examen de estas personas. No hay un "test-drive" como con los autos. No sabemos cómo se comportará en ese momento difícil. Y, la mayoría de las veces, no hay chance de volver atrás: es una especia de "arriba o afuera" o, más precisamente, "resuelve o afuera". Es un viaje de ida: buena performance, promoción, no tan buena performance, ¿afuera?

Como gerentes medios, somos los representantes de la compañía que está más cerca de la gente que intenta obtener una promoción jerárquica; por lo tanto, somos los que más los conocemos. Es nuestra responsabilidad aconsejar a nuestra gente si creemos que no están listos como lo es ayudarlos si creemos que lo están.

Lo mismo se aplica a nosotros mismos: el pasto del vecino es siempre más verde; pero podemos estar siendo ciegos a todo lo que él hace para mantener su jardín y los problemas que resolvió para poder darle ese verde inglés.

Es parte del ser humano el tratar de crecer cada día, pero intentar gestionar algo más grande de lo que podemos puede resultar, al mismo tiempo, estresante y frustrante para nosotros mismos y para otros que dependen de nosotros.

Me ofrecieron un Scania 112H muy barato; ¿debería probarlo?
Saludos,
Diego :D

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